miércoles, 29 de abril de 2015

BOYHOOD

12 años para rodar una película (2002-2013) y tan solo 39 días de rodaje. Con esta premisa empieza la historia de "Boyhood", dirigida por Richard Linklater que nos cuenta la historia de un niño, Mason, y la evolución de este desde los 6 a los 18 años. Sin duda, una nueva forma de hacer cine que, independiente de la trama, nos muestra una evolución real de personas. Los actores se comprometieron a grabar una semana al año, durante 12 años, con sus cambios físicos y de personalidad. Todo un prodigio en la actuación al tener que volver a interpretar al mismo personaje una y otra vez con sus largas pausas.


Esta película nos relata el paso de la infancia a la adolescencia y sus devaneos de una familia "moderna", con sus divorcios, nuevas relaciones, cambios de casa, de escuela, de amigos, algo a lo que estamos acostumbrados habitualmente y que acaban sufriendo los pequeños de la casa. Esta vida tan real como inquietante. En ella también se habla de falsas apariencias y que lo que parece, no tiene porque ser. A veces, los malos no son tan malos y lo políticamente correcto no tiene porque ser mejor. Un recorrido por la naturalidad, la niñez, los cambios y el tiempo.

 

Una historia, hecha de pequeños momentos y de la importancia de esos pequeños momentos. Realmente es una historia donde no pasa nada o quizás pasa todo, la normalidad de la vida real.

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