En la noria que, de un tiempo a esta parte, tengo por cabeza, hoy se ha colado la palabra "Bouganvilla", palabra que me ha vuelto a hacer pensar y reflexionar sobre el amor. Aquello que tiene tantas definiciones y tantos valores como personas hay en el mundo, pero que nadie termina por entender.
La "Bouganvilla" no fue mas que un sueño de enamorado que trataba sobre, algún día, tener una casa en el Algarve, cerca de la playa, adornada con ese tipo de flor y que tuviera ese nombre.
Mi forma de entender el amor no es mas o menos válida que la de otra persona. Para mi el amor y estar enamorado es querer dar tu vida por otra persona, hacerla feliz, cuidarla, desearla, apoyarla, ser tolerante, darle su espacio. Y un apunte mas y muy importante, debe tener reciprocidad y demostrarse con hechos (bueno, eso son dos apuntes mas). Cuantos casos conocemos de parejas teóricamente "enamoradas", que piensan en otras personas, que no se tienen en cuenta entre ellos ni sus opiniones, que no se escuchan o que simplemente, se les olvidan que tienen una pareja al lado. Considero que hay que saber hasta donde uno esta dispuesto a dar y así evitar daños posteriores. Algunos lo llaman comunicación.
Esta forma de entender el amor se podría resumir en, tu hacer feliz a tu pareja y tu pareja hacerte feliz a ti, siempre pensando cada uno en el otro y los dos felices. Es útopico, lo se, pero sería tan bonito.
Ante todo, tengo que reconocer que soy un hombre afortunado por haberme enamorado mas de una vez en la vida, pero como decía Sabina: "a mi me gusta comer de verdad, beber de verdad, besar de verdad, enamorarme de verdad y cuando pones tanto en todas esas cosas, lo normal es que salgas lleno de cicatrices".
Y todas esas cicatrices no son mas que esos sueños frustrados, como el nombre que pensamos para los hijos que nunca se tuvieron, como esa lista de bodas que nunca se llego a utilizar, como vivir en ese barrio que tanto amabas y ahora no puedes pisar, o como la deseada "Bouganvilla" del bendito Algarve.
Es triste pensar que aquellos sueños convertidos en cicatrices y aquellas personas a las que alguna vez entregaste tu vida, solo quedaron en una felicitación de cumpleaños o Navidad, en un "me gusta" por Facebook, un saludo por educación en la calle o simplemente, en nada. Ya he aprendido que la vida es así.
Y al final, vuelve la soledad, vuelven los duelos, vuelve a hacerse la cama muy grande, volverá el egoísmo de la soltería, volverán a tu agenda los nombres con apellidos de bares y en general, volverá el frío.
Como alguna vez me dijo una persona que me ayudo bastante, "confieso que he vivido" mucho y bien, pero también he de confesar que no vivo la vida que me gustaría vivir. Y ante las altas expectativas que tengo sobre el amor, "enamorarme y ser correspondido", lo veo complicado.
Sobre todo comentar que esto no es un mensaje negativo. Es solo una forma de entender el amor de alguien en particular y que, como podéis comprobar, no es un ejemplo a seguir por como han ido sucediendo los acontecimientos. Supongo que la vida, el destino o su puta madre (perdón) nos llevará algún día a nuevos lugares, nuevas vidas y nuevas oportunidades de amar de verdad.
Mientras tanto, como decía Zara Montiel: "fumando espero...."