martes, 14 de julio de 2015

SEVILLA PERDIDA IV: HIELOTRÓN

Si buscáis en Google Map la calle vía salaria, en el polígono Fuentequintillo, en Dos Hermanas, encontramos la siguiente imagen.
 
 
Excepto los que sepáis de que hablo, el resto estará pensando en extraterrestres, bases militares Americanas ocultas (que daño ha hecho Hollywood) o simplemente, "¿ezo que carajo eh?. Pues eso son los restos actuales de lo que, básicamente, fuera la primera pista de patinaje sobre hielo, permanente, de Sevilla, mas conocida como Hielotrón.
 
El 13 de Abril de 1976, se abrieron las puertas de este complejo deportivo y de ocio que constaba de una pista de patinaje sobre hielo, central y varias pistas menores unidas por pasillos. Todas ellas cubiertas por cúpulas textiles e infladas mediante un complejo e innovador sistema de presiones de aire. El centro disponía de una amplio hall de entrada, vestuarios, cafeterías, zonas de descanso, salón de juegos y guardería. Todo ello decorado con proyecciones de imágenes sobre el interior de las cúpulas. En su exterior se ubicaban los amplios aparcamientos y varias zonas deportivas, algunas itinerantes, como picaderos de caballos, circuitos de motocross e incluso un parque de atracciones.
 
 
En su corta existencia, se organizaron todo tipo de eventos como espectáculos de patinaje sobre hielo, conciertos, galas benéficas, campeonatos de judo o competiciones de motocross. Aquí nació el primer (e imagino que único) equipo de hockey sobre hielo de la ciudad, el C.H. Sevilla que también tuvo su escuela deportiva y llegó a jugar la liga nacional. El nuevo centro de ocio de Sevilla tuvo una gran acogida de público que sorprendió incluso a sus responsables que, en ocasiones, no pudieron responder a la gran demanda.
 
En cuanto al edificio, obra del Arquitecto José Miguel de Prada Poole, fue premio nacional de Arquitectura en 1975. Su estructura era simple, hormigón armado en cimentación y salas de máquinas, lonas de fibra artificial para las cubiertas y cables de acero para los arriostramientos. La pista central estaba cubierta por dos semicúpulas esféricas unidas parcialmente y completadas por dos pasillos tubulares de planta ondulada. El resto de unidades menores eran de planta circular o rectangular con acabados circulares. Sus instalaciones para el inflado de las cúpulas (sistema neumático), fue de lo mas innovador y futurista para aquella época.



Fue internacionalmente reconocido por su llamada arquitectura sensorial y mencionado en prestigiosas revistas de arquitectura como Domus, Fortune o Architectural & Design. La conjunción de arquitectura, imágenes, sonidos y aromas se entremezclaba en su interior, gobernados por una especie de DJ. Mientras el público patinaba, se trasladaban a lugares remotos como un rio de África, volando entre cigüeñas o en una competición de automóviles. Cabe destacar el concepto de aromas en su interior, facilitado por la constante entrada de aire para el inflado de las cúpulas, al cual añadían esencias aromáticas relativas a las proyecciones y sonidos emitidos.








Finalmente, el sueño de Hielotron se vio destruido por un fuerte vendaval que azotó la ciudad la noche del 24 de Febrero de 1978. Las cúpulas y toda su estructura neumática quedo destruida. Aquella noche soplaron vientos de 67 kms/h y el edificio estaba diseñado para soportar vientos de hasta 150 kms/h. Muchas fueron las hipótesis. En primer lugar se culpó a un error de diseño o de un fallo eléctrico. También se hicieron conjeturas sobre actos vandálicos al romper la lona aquella noche o de fugas de capitales de los responsables. De cualquier manera, los posteriores intentos de restaurar el edificio fueron en vano o demasiado leves, por lo que, de sevillanas maneras, todo el mundo se lavó las manos y quedó lo que pudimos recoger Mária y yo,  en las siguientes fotografías, ruinas.


Pista central
Restos de pintura del campo de Hockey
Entrada a pasillos laterales
Tubos de congelación de las pistas
Zonas de descanso entre pasillos



Asientos







 
Detalle de cimentación, guías y enganches
Guía de amarre de lona y enganche

5 comentarios:

  1. Cuando vivía en montequinto a mediados de los 80 aun quedaba algo en pie, pero solo servía como lugar donde los heroinomanos iban a pincharse. Una pena.

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  2. Patinábamos mi hermana y yo cada semana... que recuerdos

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  3. Si la Junta de Andalucía hubiera tenido un poco de interés por algo tan innovador y de gran interés hacia Sevilla, se hubieran hecho cargo.
    Pero no se puede esperar menos de los que llevaban la Junta, ni antes, ni después.
    Dejar el derrumbe de estas instalaciones no lo hubiesen permitido en Barcelona, Valencia un otra comunidad responsable.

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