lunes, 20 de julio de 2015

THE LIFE IS SO NICE

Como diría el amigo Reguera: "Ubiquemos la acción". Agosto de 2011, sobre el mediodía, mi compadre Kiko y yo nos encontrábamos en Svilengrad (Bulgaria) donde pasamos la noche, con nuestro coche de alquiler Turco, dirección a Plovdiv, que era nuestro destino final. Svilengrad es un punto de encuentro entre las fronteras de Turquía, Bulgaria y Grecia, por lo que, siendo la hora que era, tras ver un cartel con dirección a Grecia y recordando un viaje anterior, decidimos desviarnos al primer pueblo Griego que encontrásemos, a tomarnos una "Mythos", que es la cerveza Griega por excelencia. Lo se, En Bulgaria también hay cerveza, pero nos dio por ahí (a todos los tontos les da por algo).
 
Así lo hicimos, nos desviamos y llegamos a la frontera, en la cual no paramos porque la barrera estaba abierta y España y Grecia estamos en la Unión Europea (al menos de momento). A los cinco minutos de trayecto por tierras Griegas, nos adelanta un coche de policía y nos hace parar en el arcén (mal empezamos).  Se baja del coche el señor policía (con cara de haberlo despertado de la siesta) y nos viene a decir algo así como "¿donde coño vais dos Turcos pasando la frontera por la cara?". En ese momento entendí que el policía me miró a mi primero (que tengo mas pinta de Turco), pero después, caímos en la cuenta de la matricula del coche. También nos advirtió que en la barrera había una señal de "σταματήσει το αυτοκίνητό σας εδώ", y que si no la habíamos visto (si lo traducís lo entenderéis). Después de la risa tonta que nos entró por el asunto del cartel, pedimos perdón en perfecto Ingles, enseñamos nuestros pasaportes Españoles y continuamos la marcha hacia Ormenio, el primer pueblo del que hablamos.
 
Ormenio viene siendo el típico pueblo de entre unos 8 ó 9 habitantes, en el que su urbanismo se reduce a una plaza, un bar y cuatro casas, y sus habitantes tienen varias funciones, el alcalde es el camarero, el médico vende la prensa, etc. . Pues ese era nuestro bar. Allá que vamos. Entramos y su selecta clientela eran cuatro abueletes, sentados en una mesa y hablando Griego. El local estaba decorado con multitud de bufandas de equipos de futbol. Yo, casualmente, llevaba puesta la camiseta del mejor equipo de futbol del mundo.
 
 
La entrada fue como suele pasar en todos los pueblos (eso es internacional), entran dos forasteros, los clientes se callan, te miran y examinan palmo a palmo cada movimiento. Ahí entendí lo que pueden sentir las mujeres al pasar por una obra. Pedimos nuestras dos Mythos y nos sentamos en otra mesa que estaba libre. Pocos segundos después, los amables abueletes nos invitaron a sentarnos con ellos en un idioma que entendimos como Ingles, pero mas gestual que otra cosa.
 
Allí estábamos, sentados con cuatro Griegos que sumaban 1500 años entre todos y debatiendo en Ingles (mas o menos) sobre futbol. Estas experiencias hacen grande un viaje, al menos, para nosotros. Nos invitaron a la primera ronda de cervezas y amablemente correspondimos invitando a la segunda. Fue un gran y emotivo momento el que compartimos con estos señores, pero lo mejor estaba aún por llegar.
 
Se acercaba la hora del almuerzo y uno de ellos, Panagiotis (que quizás era el mas joven y el que mejor hablaba Ingles), nos invito a comer en su casa. Mi compadre y yo nos miramos a la cara y dijimos aquello de "pos vámonos". Nos despedimos del resto del pueblo (los cuatro del bar) y seguimos a nuestro amigo Panos, que así nos dijo que le llamáramos.
 
La casa de Panos era grande, con jardín y huerto y bastante humilde. Se podría comparar a los típicos terrenos del Mediterráneo, donde construyen una casa artesanalmente, sin mayor ornamentación ni lujos. Eso sí, la zona ya tenía su encanto propio y no le hacía falta mas decoración. Como denominador común por aquella tierra, la paz y la tranquilidad que emanan de los lugares alejados de las grandes metrópolis. El silencio impregnó nuestros oídos.  
 
El menú, ensalada Griega y patatas cocidas de su propia huerta y gambas a la plancha que había comprado previamente. De postre, melón, por supuesto, del "MercaPanos". Creo que nunca antes una comida me supo mejor, ya no solo por los ingredientes (de la huerta al plato, no digo mas), sino por el momento que estábamos viviendo en aquel instante.





 
 
 
Durante el almuerzo, conversamos sobre España, Grecia, sobre futbol, sobre las mujeres y el punto de vista que puede tener un hombre de su edad que sufrió mal de amores y decidió ser soltero para siempre, sobre la vida y sobre todo un mensaje que nos dejó grabado a fuego este Señor y que no paró de repetirnos. Pese a los males de amores, a las desgracias sufridas y a los problemas que conlleva la vida "THE LIFE IS SO NICE". Gracias Panos.
 


martes, 14 de julio de 2015

SEVILLA PERDIDA IV: HIELOTRÓN

Si buscáis en Google Map la calle vía salaria, en el polígono Fuentequintillo, en Dos Hermanas, encontramos la siguiente imagen.
 
 
Excepto los que sepáis de que hablo, el resto estará pensando en extraterrestres, bases militares Americanas ocultas (que daño ha hecho Hollywood) o simplemente, "¿ezo que carajo eh?. Pues eso son los restos actuales de lo que, básicamente, fuera la primera pista de patinaje sobre hielo, permanente, de Sevilla, mas conocida como Hielotrón.
 
El 13 de Abril de 1976, se abrieron las puertas de este complejo deportivo y de ocio que constaba de una pista de patinaje sobre hielo, central y varias pistas menores unidas por pasillos. Todas ellas cubiertas por cúpulas textiles e infladas mediante un complejo e innovador sistema de presiones de aire. El centro disponía de una amplio hall de entrada, vestuarios, cafeterías, zonas de descanso, salón de juegos y guardería. Todo ello decorado con proyecciones de imágenes sobre el interior de las cúpulas. En su exterior se ubicaban los amplios aparcamientos y varias zonas deportivas, algunas itinerantes, como picaderos de caballos, circuitos de motocross e incluso un parque de atracciones.
 
 
En su corta existencia, se organizaron todo tipo de eventos como espectáculos de patinaje sobre hielo, conciertos, galas benéficas, campeonatos de judo o competiciones de motocross. Aquí nació el primer (e imagino que único) equipo de hockey sobre hielo de la ciudad, el C.H. Sevilla que también tuvo su escuela deportiva y llegó a jugar la liga nacional. El nuevo centro de ocio de Sevilla tuvo una gran acogida de público que sorprendió incluso a sus responsables que, en ocasiones, no pudieron responder a la gran demanda.
 
En cuanto al edificio, obra del Arquitecto José Miguel de Prada Poole, fue premio nacional de Arquitectura en 1975. Su estructura era simple, hormigón armado en cimentación y salas de máquinas, lonas de fibra artificial para las cubiertas y cables de acero para los arriostramientos. La pista central estaba cubierta por dos semicúpulas esféricas unidas parcialmente y completadas por dos pasillos tubulares de planta ondulada. El resto de unidades menores eran de planta circular o rectangular con acabados circulares. Sus instalaciones para el inflado de las cúpulas (sistema neumático), fue de lo mas innovador y futurista para aquella época.



Fue internacionalmente reconocido por su llamada arquitectura sensorial y mencionado en prestigiosas revistas de arquitectura como Domus, Fortune o Architectural & Design. La conjunción de arquitectura, imágenes, sonidos y aromas se entremezclaba en su interior, gobernados por una especie de DJ. Mientras el público patinaba, se trasladaban a lugares remotos como un rio de África, volando entre cigüeñas o en una competición de automóviles. Cabe destacar el concepto de aromas en su interior, facilitado por la constante entrada de aire para el inflado de las cúpulas, al cual añadían esencias aromáticas relativas a las proyecciones y sonidos emitidos.








Finalmente, el sueño de Hielotron se vio destruido por un fuerte vendaval que azotó la ciudad la noche del 24 de Febrero de 1978. Las cúpulas y toda su estructura neumática quedo destruida. Aquella noche soplaron vientos de 67 kms/h y el edificio estaba diseñado para soportar vientos de hasta 150 kms/h. Muchas fueron las hipótesis. En primer lugar se culpó a un error de diseño o de un fallo eléctrico. También se hicieron conjeturas sobre actos vandálicos al romper la lona aquella noche o de fugas de capitales de los responsables. De cualquier manera, los posteriores intentos de restaurar el edificio fueron en vano o demasiado leves, por lo que, de sevillanas maneras, todo el mundo se lavó las manos y quedó lo que pudimos recoger Mária y yo,  en las siguientes fotografías, ruinas.


Pista central
Restos de pintura del campo de Hockey
Entrada a pasillos laterales
Tubos de congelación de las pistas
Zonas de descanso entre pasillos



Asientos







 
Detalle de cimentación, guías y enganches
Guía de amarre de lona y enganche

miércoles, 8 de julio de 2015

CALANQUE D´EN-VAU

La traducción de "calanque" al Español, sería algo así como cala. Eso es lo que fui a buscar, una cala entre las localidades de Marsella y Cassis, concretamente "Calanque d´en Vau", en el verano de 2014. ¿Por que concretamente esta cala?, pues porque la vi una tarde como salvapantallas de la página web "Bing.com" y, desde entonces, tenía otra cosa que ver en la vida. Es conocida como la playa mas escondida de Francia.

 
Entre Marsella y Cassis, existe una zona rocosa de acantilados y calas, hermanadas en un paraje natural a orillas de la costa Azul Francesa. Bendito Mediterráneo que nos ofreces estos lugares.

 
Mi ruta comenzó en el pueblo de Cassis, donde después de dar mas vueltas que la guitarra de Peret, encontré un aparcamiento y gratis. Una vez allí, tenía que llegar a la zona donde comenzaba la ruta de montaña hacia la cala. Mochila a la espalda y botella de agua comenzaba a andar.

He de decir que desde el coche a la zona donde empezaba la ruta, ya tuve el primer planteamiento de dejar la larga caminata y sentarme en el primer bar que encontrara. ¡Que calor!. Agosto, costa azul y dos de la tarde no eran buenos compañeros para andar al sol. Menos mal que decidí seguir.

Llegando al parque natural comenzaba a vislumbrar la belleza de aquel lugar, el mar y los acantilados se entrelazaban en caprichosas formas dando lugar a paisajes espectaculares. Y esto era solo el principio. Entre las rocas, se divisaban pequeños puertos y diminutas calas acompañados por un denominador común, el silencio.


Con mas corazón que cabeza, continúe el sendero y decidí no pensar en sufrir y disfrutar de las bellas imágenes que me ofrecía aquel entorno. Mi destino seguía siendo el mismo, "Calanque d´en-Vau". Existían dos rutas diferentes, hacia la cala propiamente dicha o hacia la parte superior de la montaña, que daba las vistas de esta pequeña playa. Escogí el mas difícil, subir.

Sin duda, la mente es algo maravilloso que hace que, aunque lleves cuatro horas caminando, con 40º C, sin agua (se acabo en la primera hora) y sin comer, te mantiene firme hasta conseguir tu destino y lograr la meta propuesta. Al final lo conseguí. Consigue llegar al punto deseado donde pude disfrutar las vistas de aquella playa. Aquel momento, por mas que se quiera escribir o explicar con imágenes, nunca reflejarán lo que vieron mis ojos. Allí estaba ella, la cala mas escondida de Francia.




Cuando algo se consigue con esfuerzo, se disfruta mucho mas...