domingo, 10 de abril de 2016

OHRID, MACEDONIA

El placer de descubrir nuevos lugares es uno de los mayores motivos que tengo para viajar y, cuando esos lugares te sorprenden por ser totalmente desconocidos, el placer es aún mayor. Así conocí Ohrid, en Macedonia. Una ciudad y un lago con un nombre en común.


Entre Albania y Macedonia se encuentra el lago Ohrid que ejerce de frontera natural entre los dos países. 358 kms cuadrados de agua cristalina que alberga en su ribera una de las mas bellas ciudades de los Balcanes. La conjunción entre paraíso terrenal y su rico patrimonio hacen que Ohrid se encuentre en la lista de Patrimonio natural y cultural de la Humanidad por la Unesco.

 
¿Quién decía que en un lago no se pueden escuchar las olas del mar?. El lago Ohrid nació con vocación de mar. Todo su litoral mantiene ese encanto a costa marítima, como queriendo hacernos entender que nació en el lugar equivocado. Sus improvisadas playas, sus pequeños embarcaderos e incluso su oleaje en los días de viento nos hacían dudar realmente sobre la salinidad de sus aguas.

Vista panorámica del lago Ohrid
 



Agua cristalina

Alimentado por filtraciones subterráneas del cercano lago Prespa, la antigüedad del lago Ohrid es comparable a la de grandes lagos como el Baikal en Rusia o el Titicaca (siempre me ha hecho gracia este nombre) entre Bolivia y Perú. La imponente claridad de sus aguas se debe a su bajo contenido en fosforo. La temperatura en su superficie en verano son perfectas para darse un baño y reposar al sol en sus orillas.













Pueblos en la ribera del rio
 
Atardecer en el lago Ohrid
Pero aquí no acaba todo, de sus costas nace una de las mas bellas y antiguas ciudades de los Balcanes. La ciudad de Ohrid se encuentra aferrada a su lago como un bebé al vientre de su madre. Su patrimonio cultural y su historia supieron envejecer con dignidad y dotaron a la ciudad de todo el esplendor que nos muestra en la actualidad. Murallas, puertos, Iglesias Bizantinas y naturaleza conviven en perfecta armonía.


 
La fortaleza de Samuel se alza vigía como protectora que fue de la ciudad, junto a sus murallas, puertas y atalayas y siempre custodiada por la bandera de su país.

 
El antiguo teatro, nos recuerda el paso de la cultura Helena por aquellas tierras allá por el siglo III a.C. Posteriormente los Romanos lo rehabilitaron como anfiteatro donde lucharon gladiadores y en la actualidad, se pueden disfrutar de actuaciones y conciertos en sus vetustas piedras.


La Iglesia medieval de Santa Sofía es de las mas grandes del país. Tuvo rango de Catedral, Mezquita y finalmente se volvió a convertir al catolicismo como Iglesia Ortodoxa.

 
 
Por último, destacar la Iglesia de San Juan Kaneo (del verbo kanear). De estilo Bizantino, muy pequeña y privilegiada por su situación. Alejada del núcleo de población, a orillas del lago y rodeada de cipreses. Uno de aquellos mágicos lugares del mundo que son imposibles de definir mediante palabras o fotografías. Estos momentos, simplemente se viven.

 

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