TEMPLO DEL LOTO

Como país de grandes contrastes, India te puede sorprender porque en ella puedes encontrar lo mejor y lo peor de la raza humana. Por ser positivos, obviare la primera parte y nos adentraremos en una de las maravillas de este gran país, en este caso arquitectónica.

Dentro de la gran urbe que constituye Nueva Delhi, dentro de su pobreza, superpoblación y fanatismo religioso, encontramos este templo llamado la Casa de adoración Bahaí o templo del Loto.

El Bahaísmo es una religión monoteísta de origen Islámica que pretendió la renovación y abolición de ciertas leyes sociales de Mahoma. Entre sus principios destacan la unidad de Dios, la igualdad entre hombres y mujeres, la necesidad de una educación obligatoria universal, la armonía entre religión y ciencia, la unidad de la humanidad y que la base de todas las religiones es la misma. Lógico es pensar que en una religión tan "progre" construyan sus templos acorde con sus pensamientos.

El edificio es de estilo expresionista y su arquitecto fue el Iraní Fariborz Sahba. Con la consigna que todo templo Bahaí debe tener forma circular de nueve lados, su diseño se compone de 27 pétalos revestidos de mármol blanco formados en grupos de tres, haciendo los nueve lados y dando forma a una inmensa flor de loto, que a su vez, es el símbolo nacional de India. Todo esto, rematado con nueve estanques a su alrededor, nueve puentes sobre dichos estanques que dan la entrada al templo por sus nueve puertas. Por si hay alguna duda, el número sagrado de esta religión es el nueve.

En su salón central de una altura de unos 40 metros, destaca la ausencia de imágenes y esta abierto para la adoración y la oración de todo tipo de religiones. Toda una lección de tolerancia y respeto dentro de este fanático mundo llamado religión. Por supuesto, su entrada es gratuita.
Desde una primera visual, impacta ver una inmensa flor de loto de mármol en un entorno tan deteriorado como el urbanismo de Nueva Delhi. En su interior, se respira paz. Es como estar solo rodeado de personas que están buscando respuestas en su interior atormentado.
Sin duda, es uno de esos lugares mágicos del mundo, aquellos donde se detiene el tiempo, donde el sonido se percibe con otra frecuencia distinta y donde nuestra mente se separa de nuestro cuerpo y viaja sola.
En todos mis viajes trato de buscar este tipo de lugares, que pueden ser mas o menos turísticos, pero no siempre suelen serlo. En este caso, lo encontré, lo disfrute y lo sentí. La búsqueda continua...